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A ti Begoña

Desde tu ordenador, con lágrimas empañando nuestros ojos, y nuestra  mirada fija en los destellos rojos de los faros de los coches,  que tú desde la ventana, siempre mirabas cuando nos esperabas,  los años han pasado en tu vida, rápidos y sin mirar atrás.

 Tu enfermedad pasó sobre ti, sin dejar mas huella que la de tu descansar eterno.

 Descansará tu cuerpo, tu mente, tu saber hacer, tu saber estar. En nosotros nunca descansarás.

Siempre  estarás presente en nuestros corazones. Corazones que te encargaste de llenarlos de recuerdos, de alegrías, de momentos felices.

No sabemos si fuiste la mejor compañera de trabajo, ni si fuiste la mejor amiga, pero lo que sí sabemos  es que eres y serás una madre envidiable. Nunca dudaremos, la mejor madre del mundo.

También fuiste la mujer que todo hombre quisiera tener a su lado, siempre afable, y mil cosas más que no decimos,  porque todos los estamos aquí, conocemos lo que tu personalidad demostraba.

Desde el día 1 de septiembre, nuestras vidas se truncaron, nuestras alegrías se acabaron, nuestras bromas se cerraban, no podíamos ayudar, no nos mostrábamos alegres, no hacíamos reír.

 Hoy, en compañía de todos vosotros, debemos y tenemos que sonreír, debemos ser las personas que Mamá quería y deseaba que fuéramos.

Hoy, hemos vuelto a coger una cámara, y a través de su diminuto visor, hemos visto esas flores que, durante tanto tiempo, nos han ayudado a recordar el entusiasmo que ponías en hacer florecer nuestras vidas.

 Vidas que harás hacer florecer desde lo más profundo de nuestras almas, que es ahí, donde guardamos tu recuerdo.

Nuestra madre vuelve a hablar, despacio, con pocas palabras, muchas sin sentido. Todo es empezar…, nunca olvidar.

Pena nos da dejar Fuenlabrada. Tantos y tantos amigos en el recuerdo...

Pero, debemos  ser egoístas, la vida son etapas y hoy tenemos que quemar algunas.

Padres, profesores, alumnos, compañeros, amigos y familiares, siempre os recordaremos.

Mañana, nos pondremos una nueva cruz para siempre llevaros con nosotros. Así, al atardecer y amanecer, recordaremos el profundo y agradable apoyo recibido por todos y cada uno de vosotros.

Mamá, hasta mañana.

Álvaro, Alejandro, Pepe y Papá.

 

José Luis Ramal Almonacid  |  morenoluis68@gmail.com